Hola a todos! Bienvenidos a este nuevo artículo del blog. Hoy vuelvo a retomar el tema de la Inteligencia emocional, pero en esta ocasión para hablaros de otro enfoque, la importancia de la Inteligencia emocional en la infancia.
Hace ya 6 años que soy madre, y al igual que para muchos, para mi este momento significó un cambio profundo en mi vida, mis pilares cambiaron completamente y empecé a hacer muchos cambios en mi vida. En este proceso de la maternidad, me adentré en el mundo de la crianza respetuosa, que adoro, lo siguiente fue descubrir la Inteligencia emocional, y ambas cosas me impactaron sobremanera. Hoy para mi la Inteligencia emocional es uno de los pilares de mi vida, en mi vida personal, en mi trabajo y, especialmente, como madre. Así que hoy voy a hablaros de este tema. ¿Cómo puede ayudar la Inteligencia emocional al desarrollo de nuestros hijos (o, si eres profesor/a, al de nuestros alumnos)?
Nacimiento y emociones, ¿cómo están relacionados?
Existen muchos animales que, una vez nacen, ya están preparados para desenvolverse por si mismos sin ningún tipo de ayuda. Por ejemplo, el caballo, a las pocas horas de nacer, ya es capaz de caminar por sí mismo, y seguir el ritmo de la manada tras una semana de su nacimiento. A estas especies se las denomina precociales, ya que son especies precoces, que son capaces de realizar funciones propias del individuo adulto como ver, oír o ponerse de pie prácticamente desde el nacimiento.
El ser humano, sin embargo, es una especie altricial, llega al mundo siendo inmaduro y dependiente, siendo además la especie primate más vulnerable al nacer. Asimismo, un recién nacido de nuestra especie tiene un cerebro tremendamente inmaduro y vulnerable y una gran cantidad de necesidades, instintos y emociones que no puede satisfacer por sí mismo, por lo que necesitará de un adulto que se haga cargo de él para sobrevivir.
La neurociencia ha demostrado que el cerebro del ser humano no se desarrolla completamente hasta los 25 o incluso 30 años aproximadamente, y el tamaño de nuestro cerebro al nacer será tan sólo una tercera parte del tamaño que tendrá cuando alcance su grado máximo de madurez. A pesar de que existen animales que tienen embarazos muy largos para poder concluir el desarrollo completo de la cría, como en el caso de los elefantes, que tienen un cerebro muy complejo y un periodo de gestación de 22 meses, en el caso de los seres humanos, y a nivel evolutivo, el desarrollo cerebral continúa su evolución tras la gestación.
Con todo esto, podemos decir que los seres humanos nacemos con un cerebro muy inmaduro, y pese a que somos seres que sentimos desde el vientre materno, no tenemos la capacidad innata de ser conscientes de nuestras emociones ni de gestionarlas de manera óptima desde niños.
Desarrollo del cerebro infantil y gestión emocional
Ya hemos hablado en alguna ocasión del funcionamiento de nuestro cerebro. A modo de resumen, existen dos zonas en nuestro cerebro que funcionan de manera inconsciente y automática, que son el sistema reptiliano, que se encarga de nuestra supervivencia, y el sistema límbico, considerado el centro de nuestras emociones, ambas zonas ya muy desarrolladas desde la niñez.
Asimismo, existe otra zona muy importante en nuestro cerebro, el neocórtex, que es la que nos diferencia de otros animales, y que funciona de manera consciente y voluntaria, tiene la capacidad de regular nuestros impulsos y emociones, y es en ella donde se asientan las funciones ejecutivas como el control de impulsos, la planificación, la concentración o la regulación emocional, entre otros. Esta zona es la parte del cerebro que más tarda en desarrollarse y la más inmadura en el momento del nacimiento.
Sabiendo esto, podemos comprender porqué los niños no son capaces de gestionar sus emociones, ya que aún no han desarrollado la parte más racional de su cerebro, y esta es una de las razones por las que tienen tantas rabietas, por ejemplo, ya que debido al funcionamiento de su cerebro, en edades tempranas aún no tienen la capacidad de gestionar emociones como la rabia o la frustración de otra manera.
Es por esta razón que los niños necesitan de sus padres y profesores para que les enseñen cómo gestionar adecuadamente sus emociones, ya que el conocimiento, la comprensión y el control de las mismas permitirá a nuestros hijos y alumnos desenvolverse adecuadamente en sociedad, y esto es algo que podemos hacer gracias a la Inteligencia emocional. Debemos recordar que los niños aprenden en gran parte por observación, así que la manera en que nosotros reaccionemos ante los conflictos o dificultades les estará transmitiendo de qué manera se puede resolver de forma efectiva una situación. Por ello, es crucial trabajar la Inteligencia emocional en padres, profesores, así como enseñándola a los niños.
La importancia de la educación emocional en la infancia
Conocer nuestras emociones nos ayuda a regularlas y gestionarlas para así ser capaces de expresarlas de manera efectiva, esto es, encontrar soluciones a los conflictos que se dan en nuestro día a día de las que posteriormente no nos arrepintamos. Nos ayuda a responder en lugar de reaccionar.
En el caso de los niños, como hemos comentado, al nacer sin la capacidad de gestionar de manera efectiva sus emociones ni sus relaciones sociales, la figura del adulto será clave para ayudarles a desarrollar la Inteligencia emocional que les permitirá reconocer y verbalizar sus emociones, para que posteriormente sean capaces de regularlas para alcanzar de nuevo el nivel de equilibrio deseado. En el caso de los padres, esta figura es la que Rafa Guerrero denomina “padres emocionalmente inteligentes”.
Asimismo, debemos recordar que, a diferencia de los adultos, los niños poseen un mayor nivel de plasticidad cerebral (neuroplasticidad), lo que hace que su capacidad de absorción de conocimientos y de permanencia de estos sea mayor, por esta razón, enseñar habilidades como la Inteligencia emocional a nuestros hijos y alumnos será un regalo para toda la vida, que las acompañará siempre, y es por esto que es tan importante desarrollarlo desde niños.
“Llegar a tener un mínimo desarrollo de Inteligencia emocional no es fácil y requiere mucho tiempo y grandes dosis de paciencia por parte de los adultos que rodean al menor, pero no cabe duda de que es una de las mejores inversiones que podemos hacer y una gran herencia para toda la vida.”
Rafa Guerrero
Beneficios del desarrollo de la Inteligencia emocional en niños
Pero para entender esto mejor, vamos a ver cuáles son los beneficios del desarrollo de la Inteligencia emocional desde la infancia.
- Aumento de la resiliencia
- Aumenta la capacidad para aceptar la frustración
- Promueve una alta autoestima
- Mejora el control de la ira
- Desarrollo de la empatía hacia los demás
- Fomenta el desarrollo de habilidades sociales
- Dota de mayor capacidad para comprender a los demás
- Ayuda a reducir la frecuencia y duración de las rabietas
- Aumenta el nivel de automotivación del niño
- Mejora la asertividad
- etc…
Pasos para el desarrollo de la Inteligencia emocional en los niños
¿Pero cómo es posible desarrollar la Inteligencia emocional de nuestros hijos o alumnos? Pues bien, entre los pasos más importantes que debemos tener en cuenta para acompañar a nuestros hijos en el desarrollo de su Inteligencia emocional, podemos encontrar los siguientes:
- Conocer las emociones
- Es imprescindible conocer las emociones para poder reconocerlas en nosotros mismos. Por eso, desde bien pequeños podemos enseñar a nuestros niños a conocer las emociones básicas. Una buena manera de enseñarles las emociones es a través de los cuentos, he aquí una recomendación de cuentos de introducción a la Inteligencia emocional y las emociones para niños.
- Reconocer sus emociones
- Una vez tengan conciencia de las diferentes emociones, podrán pasar a reconocerlas en ellos mismos. Sentir qué síntomas notan en su cuerpo antes de una emoción (sensación como de un nudo o fuego en la barriga) y qué puede provocar en ellos cada una de ellas.
- Validar las emociones
- Además de conocer las distintas emociones, es importante que sepan que todas las emociones son igual de importantes y que no existen emociones positivas ni negativas, sino que todas vienen a decirnos algo, y que los adultos que los acompañamos validemos todas sus emociones, ya que siempre serán válidas (y además son inconscientes y automáticas).
- Aprender a regular las emociones
- Pero que todas las emociones sean válidas no implica que todo esté permitido. Por esto, es importante que conozcan también que no es lo mismo una emoción que una conducta, y que aunque todas las emociones sean válidas, no todas las conductas son adecuadas. Aquí podremos enseñarles a gestionar sus emociones respondiendo ante ellas de manera asertiva, en lugar de hacerlo de manera agresiva o pasiva (por ejemplo, gestionar la rabia poniendo un límite o pidiendo ayuda en lugar de responder pegando (respuesta agresiva) o no diciendo nada y guardándose la emoción dentro (respuesta pasiva)). Hablar a los niños acerca de cómo funciona nuestro cerebro es una buena manera de enseñarles a regular las conductas asociadas a las emociones, he aquí una pequeña selección de libros para explicar cómo funciona el cerebro a los niños.
- Reflexionar sobre la emoción
- Por último, también será muy importante en ocasiones que el adulto pueda acompañar al niño en el proceso de mentalización de las emociones, dando un razonamiento a aquello que está sintiendo para que con el tiempo pueda ir desarrollando cada vez más su nivel de conciencia emocional.
La importancia de la educación emocional en los niños
Como hemos visto, acompañar a los niños en un proceso de educación emocional no es algo fácil ni rápido, pero tiene tantos beneficios y puede ayudarles tanto en su vida, que sin duda la Inteligencia emocional debería ser algo que se enseñara en todas las escuelas.
Al educar emocionalmente a nuestros hijos y alumnos, introduciendo la Inteligencia emocional desde su infancia, les estaremos dotando de la capacidad de ser conscientes y autónomos en el manejo de sus propias emociones y en la interacción con los demás. Y es gracias a este autoconocimiento de sí mismos, dándoles la oportunidad de aprender a comprenderse mejor, que les estaremos acompañando en el camino de ser personas más felices y con una mayor autoestima. Y es que, ¿hay algo más importante para un padre que guiar a sus hijos para que ellos mismos construyan su camino hacia la felicidad?
Este es nuestro legado para ellos, ser guía mientras nos necesiten, regar la semilla para que pueda crecer fuerte y feliz, ya que además ellos serán la luz que cambiará este mundo, y la Inteligencia emocional será una de las herramientas que nos acompañará a transitar ese camino.
Un saludo y gracias por pasaros por aquí, ¡nos vemos en el próximo artículo! 😊