La gratitud y su impacto en nuestra mente

Buenos días 🙂

Hoy vuelvo con un nuevo artículo para hablaros de un tema que, desde hace unos años, me maravilla profundamente: La Gratitud.

La gratitud es un sentimiento de aprecio y valoración hacia cosas que percibimos en nuestro día a día, en nuestra vida, en relación con otras personas, situaciones, etc… La gratitud nos permite apreciar algunas cosas que nos pasan, pone nuestro foco en aquello que nos suma e incrementa nuestro bienestar.

En los últimos años se han realizado multitud de estudios sobre la gratitud, y la ciencia ha demostrado que algunos de los beneficios de expresar gratitud son una mejor salud física y mental, relaciones más saludables y satisfactorias, menores niveles de depresión, mejor aceptación de uno mismo, ayuda a que la materia gris del cerebro funcione mejor y, en definitiva, ayuda a las personas a ser más felices.


¿Porqué es importante la gratitud en nuestra vida?

La función de nuestro cerebro no es ayudarnos a ser felices, es la de ayudarnos a sobrevivir. En la época de nuestros antepasados de las cavernas, el objetivo principal era sobrevivir en un mundo lleno de peligros. En aquel momento, nuestras necesidades no eran tan importantes cuando en un instante estaba en juego nuestra vida. Por ello, la prioridad principal de nuestros antepasados primitivos era buscar todo aquello que pudiera hacerles daño y evitarlo, y nuestro cerebro evolucionó durante más de cien mil años con ese propósito.

Nuestro mundo ha evolucionado muy rápido, pero nuestro cerebro no ha evolucionado tanto y sigue funcionando como hace miles de años. Es por esto, que el ser humano cuenta con un sesgo de negatividad que nos hace fijarnos más en las amenazas y cosas malas de la vida, y por mucho que esto pueda no gustarnos, nuestra mente funciona así.

Además de esto, las personas tendemos a adaptarnos, con el tiempo, a aquellas cosas que tenemos y damos por sentadas en nuestra vida, ya sean positivas o negativas, esto recibe el nombre de Adaptación hedónica. Por ejemplo, siempre que nos duchamos podemos disfrutar de agua caliente, pero tras tanto tiempo disfrutando de ello, no lo apreciamos hasta que se estropea la caldera y tenemos que estar unos días duchándonos con agua fría.

Lo bueno de todo esto, es que como ya hemos comentado con anterioridad, la neuroplasticidad nos permite modificar cómo funciona nuestro cerebro, y la gratitud, si la entrenamos y cultivamos día a día, nos ayudará a compensar ese sesgo de negatividad de nuestro cerebro y la adaptación hedónica.


Practicar la gratitud para fortalecer nuestro optimismo y nuestro cerebro

La ciencia de la Psicología positiva ha estudiado largo y tendido los beneficios de la gratitud y cómo entrenarla. A continuación, os dejaré 3 de los ejercicios más conocidos para practicar la gratitud:


  • Diario de gratitud – Cada día, preferiblemente antes de ir a dormir, escribe 3 cosas por las que te sientas agradecido ese día. No tienen porqué ser cosas grandes, simplemente cosas que has apreciado de ese día, como por ejemplo: Haber podido cenar con mi familia, que un compañero de trabajo me ayudara a acabar una tarea, haber podido desayunar mi plato favorito, haber disfrutado de un té calentito, que hoy haya hecho un día soleado, que mi hijo me haya dado un beso antes de ir a dormir, haber hecho una presentación tal y que me saliera como deseaba, etc…
  • Agradece cada día algo a alguien – Puedes dar las gracias a alguien cada día, por ejemplo a ese conductor de autobús que te espera mientras corres hacia él, en lugar de irse, para que puedas subir, a esa persona que te aguanta la puerta para entrar a un edificio, o a un compañero por hacerte un favor. Ser agradecido nos hace sentir mejor a nosotros, cuando damos las gracias, y también al que otro, cuando recibe tu agradecimiento.
  • Escribir una carta de agradecimiento a alguien – Escribe una carta a una persona agradeciendo aquellas cosas que aprecias de él, por las que le querrías dar las gracias o hayan aportado en tu vida, por algo concreto que haya hecho, etc y luego dásela… Para incrementar el sentimiento de gratitud incluso puedes leérsela en persona.


En mi caso, en verano de 2021, mientras realizaba una formación sobre bienestar y Psicología positiva, nos invitaron a hacer el ejecicio del diario de gratitud. Lo realicé durante una única semana, y noté tales beneficios, tal cambio en mi manera de percibir el mundo, que desde entonces, más de un año y medio después, es un ejercicio que realizo a diario, y creo sin duda que ha aportado muchísimo a mi vida.

Os recomiendo hacer la prueba, practicar de escribir el diario durante al menos una semana, o mejor aún, un mes, y que observéis los cambios que notáis en vosotros. En mi caso, poco a poco empecé a percibir más las cosas positivas que pasaban a mi alrededor, a disfrutar más de las pequeñas cosas y fijarme menos en aquellas cosas negativas a mi alrededor, a darles menos peso, y siento que este ejercicio me hace tener una visión mucho más bonita y optimista de la vida, el mundo y de las cosas que me pasan y las personas que me rodean.
Pero recordemos, para que este tipo de ejercicios nos produzcan beneficios, debemos realizarlos con constancia, ya que el cerebro es un músculo, y al igual que si dejamos de ir al gimnasio, los músculos del cuerpo que hayamos trabajado con tanto esfuerzo perderán su fuerza, la mente también debemos entrenarla con constancia para que mantenga su forma.


Sin duda, si no la habéis probado antes, os recomiendo que la practiquéis para ponerla a prueba, y después de ello, analizad, ¿aporta esto algo a mi vida?, ¿siento que mejora mi bienestar? Y si la respuesta es sí, ya sabéis, cultivemos este mundo de gratitud 🙂


Un beso y nos vemos en el próximo artículo!

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